domingo, 29 de junio de 2008

RECOMENDACIONES DEL MES DE JUNIO

  • Una cocina tan grande como el mundo, de Alain Serres / Zaü (KÓKINOS)



La editorial Kókinos ha publicado este álbum bellamente ilustrado con imágenes impresionistas llenas de sensibilidad y colorido. Los olores, los sabores, los ambientes, los paisajes y las culturas de los distintos países del mundo, están plasmados, página a página, como aderezo de una selección de interesantes recetas.



Dirigido a niños y a jóvenes, gustará, sin embargo, a los adultos por la cuidada estética del formato, donde texto e ilustración, literatura y arte, se conjugan perfectamente.
Las recetas aparecen acompañadas de proverbios y dichos, de leyendas, curiosidades gastronómicas, refranes, etc. Se explica también el origen de muchos alimentos y condimentos que forman parte de los platos típicos seleccionados, ya que está representada la cocina y el folklore de los cinco continentes.


Las ilustraciones parecen realmente cuadros impresionistas sacados de un museo y escogidos con mucho cuidado para estas "60 recetas para dar la vuelta al mundo".
Otro ejemplo del "mimo" con el que Kókinos edita sus libros.
  • Imagina un día... / Imagina una noche, de Sarah Thomson; ilustrado por Rob Gonsalves (editorial Juventud)

¿Qué podemos decir de estos dos maravillosos álbumes?. Cuanto menos sorprendernos se su extremada originalidad y belleza.


Imagina un día... ha recibido un
prestigioso premio internacional
de ilustración. Y no es para menos.
Robert Gonsalves, un pintor cana-
diense que se ha estrenado como
ilustrador en estas dos obras, ha
conseguido que el lector- espectador que contempla sus imágenes, se sumerja en un espacio
al límite entre lo real y lo imaginario
Con un estudio muy peculiar de la perspectiva y una cuidada ejecución del efecto Trompe l `oeil, nos lleva a la magia onírica de la pintura medieval, una pintura profundamente simbólica y espiritual. En realidad, todo el álbum es un poema alegórico visual. La naturaleza, como en el romanticismo de Caspar David Friedrich, se funde con el espíritu y el sentimiento.

A mi entender, el texto, no exento de belleza, sólo ayuda a comprender la imagen. Pero ésta nos dice mucho más. Cada ilustración encierra un sinfín de metáforas sobre nuestra vida, sobre nuestros sueños, sobre nuestros deseos, sobre la libertad...
Los elementos de la arquitectura y de la naturaleza se van transformando lentamente hasta convertirse en elementos humanos (Por ejemplo, el acueducto; los reflejos de los árboles en el agua del paisaje nocturno que origina figuras fantasmagóricas, los girasoles que terminan convirtiéndose en melenas al viento, o las nubes que se vislumbran tras las ventanas lancetadas del claustro del monasterio y, que al hacerse más nítidas, se transforman en siluetas vivientes de monjes.)

Los textos de ambas obras nos invitan a perder nuestros miedos, a soñar y a pensar que esos sueños pueden hacerse realidad. Nos invitan a ser solidarios y libres, a dejarnos llevar por nuestra imaginación, a atrevernos a avanzar por nuevos caminos para llegar a lo más alto, a construir el mundo a nuestro propio antojo, "pieza a pieza", como un inmenso puzzle. Nos invitan también a explorar nuestra propia vida y el universo sin fronteras ni obstáculos. Nos animan, a pesar de todo, a resisitir el empuje de "las olas más bravas", a buscar la soledad y la naturaleza para encontrarnos a nosotros mismos. Nos invitan, por último, a comunicarnos y a descubrir lugares insospechados a través de los libros.

Dos álbumes para disfrutar, para sentir, para pensar y ... para regalarnos.




















































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